Madrid- Pocos
premios literarios, y menos cuando gozan de cierto
renombre, son capaces de darle la alternativa a
autores desconocidos, y menos aún a quienes
simplemente no han publicado nada aún. El Azorín,
convocado por la Editorial Planeta, y la
Diputación de Alicante, y dotado con 67.000 euros,
recayó este año en el periodista Javier Pérez
(Zamora, 1970), que ayer presentó su novela, «La
crin de Damocles», un «thriller» histórico donde
describe «el paso de un pueblo hacia la
irracionalidad», dijo. Ese pueblo es la Alemania
de 1923, a punto de caer bajo el encantamiento
nazi, lo que según el autor, equivalió a una
muerte, «a pasar del nacionalismo a la sinrazón»,
y por eso dedica la obra a
Caronte.
Un personaje
ambiguo. Pérez se vale para tirar de la madeja de
su novela de un personaje «extraño, ambiguo y
misterioso», según le describió el escritor Luis
Mateo Díez, el comisario Müller, un colaborador
nazi que detiene a Hitler en Munich por un fallido
golpe de estado y que cree poner fin a los sueños
de poder del líder nacionalsocialista. Müller «no
resulta ni bueno ni malo, ya que sólo es íntegro
por maldad», explica el autor. Pero, el comisario
de Asuntos Políticos tendrá que enfrentarse a la
vez con una extraña serie de asesinatos. «Un mundo
en desintegración que se enfrenta a la violencia,
el extremismo y el ridículo». Y añade este
escritor afincado en León: «He querido escribir
las cosas, no ya tanto como sucedieron, con claves
históricas, sino como la gente lo
sentía».