La mayor satisfacción de publicar esta novela fue ganar el premio Encina de Plata, de Navalmoral de la Nata, y no sólo por la categoría del Premio, uno de los mejor organizados que he visto (y he visto muchos), sino porque el jurado lo presidian Luis Landero y Luis Mateo Díez. Ganar un premio con semejante jurado es algo para contar a los nietos.
La novela gira en torno al caso de la desaparición de una mujer, durante el franquismo, y cómo la obstinación de un par de policías mantiene vivo el caso durante la transición y llega hasta ls democracia, cuando cada uno de ellos, por razones polìticas y personales han tomado distintos caminos.
Aunque la novela se considera perteneciente al género policiaco, se pretendía que también fuese un pequeño recorrido por los cambios sociales de la época, pero vistos desde el punto de vista del hombre de la calle, de esa persona que sólo piensa en la política de vez en cuando y centra la mirada en su propia vida. La cuestión está, como me dijho Sánchez Dragó en una ocasión, que a la gente siempre le ha molestado más que lo deje la novia por otro que el hecho de no pdoer votar o afiliarse a un sindicato, auqnue luego, en una entrevista o unas memorias, todo el mundo hable de la situación política y no de esa novia que te dejó.
La situación social es muy distinta al prioncipio y l final de la obra. O quizás no tan distinta, porque en España hemos ejercido nuestro propio gatopardismo, lo hemos cambiado casi todo para que casi todo siga igual.
Me encanta la reseña que hacen en Babelio y los comentarios de los lectores.
Esta es la reseña:
En el verano de 1966, a los subinspectores de policía Ucedo y Ruiz se les encomienda abrir las diligencias del caso de la desaparición de Mercedes Martín Celada, una viuda de mediana edad con una vida aparentemente rutinaria. A medida que avanzan las pesquisas y los testimonios del entorno de la desaparecida comienzan a arrojar luz sobre la investigación, Ruiz, con una perspicacia e intuición avezada dentro del cuerpo policial, comienza a sospechar que la verdad puede ser tan solo un espejismo, y que la moralidad y las costumbres impuestas por la sociedad son las que marcan inevitablemente el curso de los acontecimientos. La profundidad de la indagación en la esencia psicológica y sentimental de los personajes, llenos de matices, la variedad de registros y el tono costumbrista entrelazado con la intriga de la trama y los quiebros argumentales de esta novela, donde una refinada ironía concede una visión crítica de la sociedad, hacen de El caso de la culpa en conserva una novela de género policiaco culta con un estilo narrativo sobresaliente. Esta novela ha obtenido el XII Premio de Novela Encina de Plata.