Esta novela, ganadora del Premio Ateneo de Valladolid, es una de mis favoritas. Su escritura fue una gran aventura historiográfica sobre un tema que sigue siendo controvertido: la operación Tujachewsky y la gran purga de Stalin contra sus propios generales, en 1926 y 1937.
Copiando una reseña que esribieron en su momento y que muy difícilmente puede ser mejorada:
Las sociedades que se basan en el miedo no pueden funcionar. Cuando la población vive asustada, por el temor a que pasen a buscarlo por su casa o por el temor de quedarse mañana sin trabajo, deja de pensar con claridad y desaparecen los lazos que unen a los vecinos.
Mientras tanto, el poder, que desata ese miedo, se erosiona también aunque no lo crea, porque a medida que el terror aumenta se vuelve cada día más difícil conocer la realidad, porque todo el mundo le dice al poder sólo que quiere oír.
Desatar el miedo es, por tanto, como desatar un tigre: aterrorizas a tus vecinos, pero quien lo desata nunca puede estar seguro de que conseguirá atarlo de nuevo o de si mantiene o no su control sobre la fiera.
Esa es la idea que recorre permanentemente las páginas de Violín negro en Orquesta Roja, una novela de espías al viejo estilo en la que se trata de desentrañar qué sucedió durante la Gran Purga de Stalin y si de veras, en algún momento, alguien preparó un Golpe de Estado contra Stalin.
Pero eso no sólo es un asunto interno ruso, sino que tiene consecuencias para todo el mundo: para los checos, que deben descuidar de qué lado se ponen, para la izquierda francesa, que ha llegado al poder aupada por la gran ola obrera, para la alemania nazi, que podría estar detrás del asunto, para los viejos zaristas derrotados, que buscan en París su redención o su regreso a la patria, y sobre todo para los españoles, que en medio de su guerra civil esperan que Europa decida a quién apoya.
Pero Europa sólo decide que la guerra española debe ser larga, muy larga. Los alemanes quieren ganar tiempo, los rusos quieren ganar tiempo, y mientras los españoles se matan, todo el mundo está contento, o al menos, sigue con sus verdaderos problemas sin miedo a que todo salte repentinamente por los aires.
Aunque la novela aborde hecho políticos de primera magnitud, la trama de la novela es profundamente humana, un poco al estilo de Graham Greene.
Y ahí tenemos que volver al tigre: Cuando surgen las primeras sospechas de que algo raro se mueve en las filas del ejército ruso y del NKVD (el servicio secreto) , los dirigentes soviéticos involucrados dejan de confiar en los órganos del partido y se buscan, cada cual, un modo de averiguar qué está sucediendo.
A uno de ellos, Molotov, se le ocurre sacar de Siberia a un viejo comisario del zar, un hombre cansado y roto, y devolverle sus poderes de comisario para que averigüe qué diablos está sucediendo.
Y ahí comienza la epopeya del viejo comisario, que por una parte no quiere regresar a Siberia y por otra conserva el rencor a quienes lo han tenido tanto años encerrado. Conserva a veces la agudeza, y otras se ve atrapado por el miedo que todo lo domina, pero a medida que profundiza en la nueva sociedad rusa se da cuenta de que ya nada es como él lo recordaba o que, quizás, todo sigue en el fondo igual que con los zares….
Es el momento de decidir si se trata de recuperar la vida perdida o de buscar algún tipo de revancha, el que sea…
El género es claramente la intriga cion trasfondo histórico, aunque hay quien dice que para disfrutarla plenamente hay que conocer la situación europea anterior a la Segunda Guerra Mundial. Yo creo que no, o al menos, no mucho. Todos sabemos, más o menos, lo que fueron los años treinta, nuestra guerra civil, los inicios del nazismo y las purgas de Stalin. Y para quienes ignoren el ambiente de la época creo que, para bien o para mal, en la novela se explica lo suficiente el momento histórico para que nadie se pierda.
La investigación fue difícil. Sobre los personajes soviéticos hay demasiada poca información de primera mano, y sobre los alemanes hay quizás demasiada y llena de tópicos, especialmente sobre Reinhard Heydrich, el artífice de esta diabólica idea. En cambio, estoy muy satisfecho del resultado. Las críticas que he recibido han sido siempre más políticas que literarias, y lo entiendo perfectamente, porque se trata de un tema altamente controvertido.
Para mí, lo más difícil fue tratar de no tomar partido por ninguna de las partes, cosa cada vez más difícil en unos tiempos donde el papel de propagandista es mucho más agradecido que el de simple narrador. O quizás fueron así todas las épocas.
JP
Aquí el enlace a una entrevista que me hicieron sobre la novela
Una reseña en El Norte de Castilla
Otra reseña:
» El comisario político Evgeni Manchev -que iba a ser destinado a una España en guerra para organizar el Ejército Popular- ha desaparecido misteriosamente antes de partir. Su tío es nada menos que Viacheslav Molotov, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, que sospecha turbios manejos políticos detrás del secuestro. Incapaz de confiar en los servicios del Estado soviético, que incluso podrían estar detrás del asunto, recurrirá a un ex comisario zarista internado en el campo de trabajo de Solovki para resolver el incidente. ¿Ha sido una maniobra del Gobierno nazi de Alemania, que también desea implicarse en la guerra de España? O acaso se trata de una conjura mucho más transcendental, porque en la Unión Soviética de Stalin cualquier cosa puede suceder… Con el trasfondo de la Guerra Civil española, Javier Pérez ha urdido una trama en la tradición de la mejores novelas de intriga y que rememora uno de los periodos más apasionantes del siglo XX. Una secreta partida de ajedrez donde nunca está demasiado clara la jugada del adversario o, simplemente, quién es el adversario.»